En las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX, Ribadeo vivió una época de auge económico, social y urbanístico.
La bonanza se debió en buena medida al retorno de los emigrantes de América: Los Indianos.
Estos invirtieron en empresas industriales y comerciales y fueron mecenas de diversas iniciativas socioculturales, contribuyendo decisivamente a la modernización de las estructuras y equipamientos del ayuntamiento.
Cuando los primeros emigrantes empezaron a regresar sobre 1870, levantaron en sus lugares de origen viviendas de un estilo muy diverso aunque inconfundible. Los indianos trajeron una arquitectura cosmopolita que se insertó de forma llamativa entre las casas tradicionales, para simbolizar el triunfo y el éxito conseguido fuera.
Las suyas son viviendas cómodas, amplias, abiertas o exterior, con nuevas formas y materiales que hablan de riqueza, sofisticación y formas de vida urbanas, con elegantes adornos en las fachadas, jardines exuberantes ye con reminiscencias tropicales, donde no faltan palmeras, magnolios, camelias y vallados de forja que substituyen a los viejos muros y portalones.
Hoy Ribadeo cuenta con un importantísimo legado indiano que va desde más de medio centenar de casas y múltiples escuelas hasta un cementerio, una plaza para el mercado, una traída de aguas y la Granja Escuela Agrícola Pedro Murias.